viernes, 27 de noviembre de 2009

NO LLOREIS POR MI LADYJAZZ


Ayer cambié de bondi, tomé el 99 que pasa frente al Hospital Alvarez.
Como ya se sabe es zona de dominicanas, no monjas sino putas. Son esas mulatonas fuleras de cara, con traste apaisado y patitas flaquitas . Me hacen acordar a un dibujo que hacía de chico que tenía la forma de una lamparita de luz , y que presumíamos artísticamente de haber dibujado a una vieja de espaldas agachada sacándose la faja.
La cuestión es que subió una de estas meretrices importadas con otra que no era importada, pero también bastante bagarto, con aspecto de mugrienta.
Se sentaron delante de mi. Inmediatemente me dí cuenta de que se habían conocido en la parada del colectivo.
Con lujo de detalles la centroamericana le informaba a la autóctona los trucos de su oficio: cómo escapar de la cana, como evitar a los chulos, donde vivir, si con globito , si sin globito, la comisión del telo. Cuando llegó a las tarifas por los servicios, la bagarto se quedó boquiabierta. Recien allí me percaté de todas las piezas dentales faltantes.
La profesional detalló uno por uno los importes, a lo que la otra respondió sorprendida revoleando sus uñas descascaradas:
- ¡Que bien me vendría a mi esa plata!¡Pero para todo hay que tener estómago!.
Mi duda fue si se refería a su busarda o al estómago de sus posibles clientes.

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