viernes, 27 de noviembre de 2009

PIDA PIZZA Y ADELGACE


Los viernes y sábados, el teléfono de casa no para de sonar.
Siempre quieren hablar con una pizzería. La cuestión comienza tipo a las 8 de la noche y se extiende hasta bastante tarde.
Al principio la situación me rompía soberanamente la paciencia, luego empecé a divertirme un poco.
Así que ahora me he convertido en un buen promotor de la "Pizzería El Barba", que así se llama. El nombre no es muy tentador, pero peor hubiese sido ponerle "La Mocosa".
Cuando suena el aparato digo solamente "hola" y del otro lado ni se preocupan por averiguar con quién se conectaron, así que hacen el pedido olímpicamente.
Yo escucho y asiento, quiero decir que estoy sentado y tomo nota.
-¿Quiere la grande de muzza con fainá de regalo?
-¿ Le mandamos el medio kilito de helado sin cargo?: Entran cinco gustos.
Y ahí empiezo con la lista: chocolate con almendras, con nueces, pasas, amargo, semiamargo, semidulce, dulce de batata, dulce de leche, dulce de cacahuate, cerezas a la pomarola, casquitos de almendras a la crema, crema de huevo, huevo imperial.
La variedad y disparate del obsequio es infinita, pero la gente no escucha: siempre pide chocolate y dulce de leche.
Cuando estoy inspirado mato a alguien de la familia del pizzero:
- Hoy lamentamblemente está cerrado por duelo.
- ¡Pero que barbaridad! ¿y quien murió?
- No le puedo decir, es confidencial, soy de la cochería.
Haber leído "Brinde un servicio cinco estrellas", no me permite un mal trato al cliente, así que le ofrezco todo lo humanamente posible para que esa pizza que nunca llegará a destino, esa fainá que jamás comerán y ese helado multisabor sea un recuerdo inolvidable.
Total cuando llaman para reclamar - porque sí, llaman otra vez al número equivocado -ya he cambiado de rubro:
-Remises Segurola ¿qué modelo de auto le envío?.

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