Cuando la realidad, supera a la ficción.Catarata de relatos breves. Nostalgia, disparate y acidez. Especial para lectores remolones.
jueves, 9 de julio de 2009
DALE QUE TE CAMBIO 1
Como casi siempre, el año pasado para mi cumple me regalaron una prenda de Fallabella... no, no se escribe Falabela ... mmm o Fallabela ,Fabelalla . Ma si ,no viene al caso.
En esa oportunidad como casi siempre cambié el buzo por una campera, ahora si me regalan una campera generalmente la cambio por una camisa.
El trámite es árduo.
Hay que ir con la bolsita, la prenda con la etiqueta, el ticket de compra o el ticket de regalo.
El primer paso es pasar por ATENCION AL CLIENTE.
En esa oficina, que parece un banco, la cambiadora -es decir la señorita que cambia- te pide todos los requisitos mas ¡el numero de documento!.
Al principio el documento no se lo quise dar porque no me parecía pertinente para un cambio de ropa, pero como no hubo manera finalmente accedí. Luego me entregó dos formularios amarillos que ¡tuve que firmar!.
Dicen que el documento es para que si se pierden los papeles que le dan a uno no haya problemas. Claro el problema es de uno porque si se pierde el que lo encuentra tiene todos los datos personales.
Habiendo encontrado la prenda para el cambio me fui a la caja.
Tuve la suerte de haber caido en época de liquidación asi que me sobraron cuarenta pesos.
Ahi mismo llamaron al señor que entrega algo que se llama gifts , en el que dice lo que queda de diferencia para otra vez.
Al rato llegó un joven con una cartulina del tamaño de un diploma muy bonita con el detalle de que en vez de cuarenta estaba impreso cincuenta pesos. Debí abonar la diferencia.
Muy amablemente me explicó que la cartulina se podía doblar solo al medio para que no perdiese valor ,a lo que le retruque que los dólares arrugados siguen valiendo igual.
Ya bastante ofuscado le pedí que si había que sacar sangre para ver el factor rh lo hiciese porque estaba muy apurado.
Me entregaron una bolsa color verde loro tan grande que tuve que levantar el brazo a la altura del hombro para no barrer el piso. Y asi fue como me fui con el cambio realizado despues de dos horas, caminando por la calle Florida ,con el brazo extendido como si fuese Hitler.
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